El predio que actualmente
ocupa el Área de Material Quilmes (AMQ) tuvo su amanecer aeronáutico en 1915, cuando el reconocido
fabricante de aviones Edmundo Marichal instaló en el lugar un aeródromo-escuela
con aviones de su factura, uno de los primeros y mejor equipados del país.
Entre otros pioneros, se destacaron Manuel González, como piloto e instructor,
y el reconocido Francisco Sánchez, ex - suboficial del Ejército, instructor y
considerado en su momento como el mejor piloto biplanista; efectuó vuelos
por la zona sur del Gran Buenos Aires (Quilmes, Avellaneda, Florencia Varela,
etc.) en los Farman-Marichal y varios
vuelos nocturnos en la zona y en la capital.
Durante los años ´20 menguó
la actividad aérea en el lugar, para retomarse con inusitada fuerza durante la
década siguiente. En 1933 irrumpe en el campo de aviación la agrupación
aerodeportiva Aero Rex, que en sus
mejores momentos contó con tres planeadores
y dos aviones propios, realizando importantes vuelos para la época.
Dos años después se suma al
lugar el Centro de Aviación Civil, con mejor equipamiento e infraestructura, y
de manera dispar, otras agrupaciones aerodeportivas, quienes convivieron en una
suerte de “comunidad” aeronáutica. Se hacían festivales sociales y aéreos que
causarían asombro en la actualidad.
En esos años se produce la
llegada de la empresa alemana Sindicato
Condor Ltda., que le da un formidable empuje a la actividad aérea
local. Condor construye hangares (que aún existen), edificios, talleres,
instalaciones de radio, acondiciona el terreno y desarrolla un sistema de
tajamar para reducir el riesgo de las inundaciones, frecuentes en la zona. En
1936 se inaugura el servicio regular desde el aeródromo de Quilmes, con el
despegue de un Junkers JU-52/3m con destino
a Mendoza y Chile. De este modo, Quilmes se convierte en uno de los primeros
aeródromos internacionales del país, con vuelos a Chile, Brasil, y Uruguay, y
con escalas a Europa. No obstante ello, las actividades aerodeportivas
continuaron desarrollándose en un clima de armónica convivencia con la empresa
alemana.
Con la II Guerra Mundial cambia
la suerte del Sindicato Condor. Para
1942, la compañía Servicios Aéreos Condor
Ltda., formada sobre la compañía alemana, inicia gestiones para vender sus
instalaciones de Quilmes al gobierno argentino. Los acuerdos se logran en 1943,
y el 24 de septiembre de ese año se definen un conjunto de acciones
administrativas, técnicas y legales tendientes a traspasar al Estado y poner en
operaciones los talleres de Quilmes. Surgen así, aunque reconocidos con
diversas denominaciones, los Talleres Aeronáuticos Quilmes que pasan a depender
de la Dirección
General del Material del Ejército (aún no existía la FAA ).
En 1944 comienza a funcionar
en el lugar la compañía IMPA (Industria Metalúrgica y Plástica Argentina)
Aviación, que fue la primera empresa argentina dedicada a la fabricación en
serie de aviones civiles. La empresa desarrolló y construyó 25 aviones de
turismo IMPA Tu-Sa, y los prototipos Chorlo (un entrenador militar), e Impita, un avión liviano para uso
civil.
Posteriormente, IMPA efectuó
el mantenimiento de aviones y planeadores hasta su desaparición. En 1948 se
anexaron definitivamente a los Talleres Aeronáuticos todas las instalaciones y
parte del personal de la legendaria empresa IMPA, y en la década del ´50 la
unidad comenzó a tomar la forma que tiene en la actualidad, con sus amplias
instalaciones y caminos internos.
El entonces “Taller Regional
Quilmes” se constituye como una de las unidades de mantenimiento que integran a
la flamante Fuerza Aérea Argentina, interviniendo en sus numerosos y poblados
talleres a gran cantidad de aeronaves, accesorios, motores y partes.
Entre los antiguos aviones
que pasaron por Quilmes figuran: los Junkers K-43 y Ju-52/3m, estos últimos
adaptados para el combate de las plagas de langostas; Fockke Wulf 44; Bristol; Douglas DC-3 y C-47;
Boyero, Dewoitine, etc.
Durante los años ´60 y
comienzos de los ´70, funcionó en el predio el Club de Planeadores Quilmes, una
institución que tuvo una actividad aérea dinámica y organizó grandes festivales
aéreos (ver aeroespacio N° 592).
También durante la década
del ´60 se incorpora la responsabilidad de reparación mayor de los
recientemente adquiridos helicópteros Hughes; Bell UH-1H y de los aviones DHC-2
Beaver. Estos últimos cumplieron misiones pioneras en la Antártida , como algunos
C-47 y los SA-16 Albatros, que además realizaron los primeros vuelos regulares a las Islas Malvinas. Más tarde, se
incorporaron los DHC-6 Twin Otter,
utilizados por LADE en la
Patagonia , constituyéndose en vitales vehículos de
comunicación en esa región. Los Twin, como se sabe, continúan operando en la Patagonia en la IX Br. Ae, y en la Antártida , estando un
avión destacado todo el año en la Base Marambio.
Quilmes viene equipando y
manteniendo aviones y helicópteros antárticos
desde hace casi 50 años.
De acuerdo a cambios
estructurales internos que realizó la
FAA , en 1980 el Taller Regional Quilmes cambió su
denominación por “Área de Material Quilmes”.
Por esa época, se efectuó
una importante obra de infraestructura y reequipamiento en los talleres de
electrónica del Hangar 3, dando lugar al Taller Central de Sistemas
Electrónicos, un taller modelo por las instalaciones y el equipamiento de
dotación, como así también por la extensión de sus responsabilidades de
mantenimiento electrónico de aeronaves, equipos de comunicaciones terrestres,
laboratorio de instrumental, laboratorio de cristales, de electrónica de pista
y otros.
Muchas otras aeronaves y
componentes pasaron por estos talleres con distintos grados de responsabilidad.
Como se ve, desde aquellos lejanos tiempos de los precursores, a poco de
cumplirse 100 años de actividad aérea en
la zona, existe una importante tradición
aeronáutica que es necesario valorar.
En esta línea, en 1995 se
creó la Comisión
de Asuntos Históricos y Museo. Posteriormente, entre 1999 y 2001, se exhibieron
varias aeronaves restauradas en Quilmes en el hangar Histórico “Milliken”,
antes del traslado definitivo al Museo Nacional de Aeronáutica (MNA). Estuvieron allí un Fiat G-46, un Fairchild
82D, un interceptor Mirage M-III, matrícula C-706, y la estrella sin duda fue
el legendario Latecoere 25, pieza
única en el mundo, que pilotara en el país Antoine de Saint Exupery. Hasta el
traslado de esos aviones, más de 5.000 personas asistieron al museo guiados por
personal especializado del AMQ.
En 2009 se formó la Asociación Civil
“Alas Históricas de Quilmes”, continuando en ese camino de revalorización y
difusión del importante patrimonio histórico aeronáutico del lugar,
inaugurándose el 24 de septiembre de 2010 la Sala Histórica de la Unidad bautizada “Alas
Históricas”.
A partir de ese mismo año,
en el Área Material Quilmes (centro de mantenimiento de los DHC-6 de la FAA ), comenzaron las tareas de
modernización del Twin Otter matrícula T-82, con la capacitación para los
mecánicos e inspectores intervinientes del AMQ por medio del curso Flightsafety, que meses más tarde
ejecutarían en la práctica bajo supervisión de la firma Viking.
La modernización abarcó las
áreas de motores y hélices, estructura y aviónica. La remotorización consistió
en el reemplazo de los motores por los turbohélices de 652 hp PT6A-27
lo cual significó un incremento de la autonomía en vuelo. Con respecto a
la aviónica, si bien años anteriores ya había recibido modificaciones tales
como la instalación de un navegador GPS, que mejoró notablemente las
prestaciones del viejo ONS (Sistema de Navegación Omega) original, se le
instaló un sistema de aviónica de última generación que le permite a la
aeronave operar en todo tipo de aeropuertos
y en toda condición climática. En el área estructuras metálicas, se
aplicaron los boletines de servicio correspondientes y se realizaron las
reparaciones y adaptaciones que la modernización requería para la instalación
del nuevo equipamiento.
El 29 de agosto de 2011 se
llevó realizó la ceremonia de finalización de la actualización de ICM del avión
Twin Otter T-82 modernizado y la
certificación del Área Material Quilmes como centro de servicios de la firma
Viking.
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